Zapatillas voladoras. Seguro que en más de una ocasión habrás escuchado hablar de ellas. Zapatillas con placa de fibra carbono, espumas reactivas, geometrías agresivas, mediasuelas ultraligeras….
El avance tecnológico ha provocado un cambio sustancial en el tipo de zapatillas que se diseñan y se comercializan en la actualidad, el cual ha sido capaz de dar un “plus” al rendimiento físico propiamente dicho.
Un plus que no funciona en todos los contextos y que no es aplicable para todo el pelotón runner, por desgracia. ¿O por suerte?
¿Y es que por utilizar unas zapatillas de tipo voladora vas a batir todas tus marcas? Gustar nos gustaría que fuera así de sencillo, pero la realidad dista mucho de ese deseo un tanto utópico.
Dos años después, dentro del reto de “Inneos 1:59” preparado en Viena, el atleta keniano sí que consiguió correr por debajo de las 2 horas. En aquella ocasión ya lucía las Nike Alphafly, el otro modelo innovador de la firma con sede en Oregón.
Debido a las condiciones en cuanto a que las liebres se intercambiaban, el sistema de avituallamiento y nutrición y el soporte del vehículo como referencia de tiempo, la marca no fue homologada como récord del mundo, pero supuso un antes y un después en la historia del atletismo. Y en parte, la placa de carbono tuvo mucho que ver.
Aunque ya han pasado unos años, estos proyectos o ensayos y la continuidad con las investigaciones acerca de este tipo de zapatillas han evolucionado en dos vertientes. Por un lado, los que apuestan por ayudarse de las últimas tecnologías para mejorar el rendimiento. Por el otro, los amantes del running más puristas que rechazan esta ayuda “externa”.
Paulatinamente estas zapatillas llegaron a manos del todo el pelotón profesional y no hubo otro remedio que comenzar a regular el uso de este tipo de calzado, sobre todo, por el perfil de las mediasuelas, que cada vez eran más altas y amortiguadas.
Este aparente confort junto con la posible mejora del rendimiento incitó a las masas, haciendo que runners amateurs también comenzaran a adquirir y lucir estos modelos para entrenar y competir.
Como dato, actualmente las zapatillas para competir no pueden superar los 40 mm de altura para asfalto y los 25 mm para eventos de pista.
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Características de las zapatillas voladoras
Las principales características de las zapatillas voladoras que son utilizadas en la actualidad son las siguientes:Peso contenido
La tendencia pasa por reducir al máximo el peso de la zapatilla, quitando ciertos elementos no exclusivamente necesarios, como las partes que dan soporte y estabilidad. Esta reducción del material habitualmente se ve plasmada en la zona del talón o en la zona del mediopié, aunque lo que realmente ha conseguido bajar el peso de las zapatillas es el avance y la innovación en nuevos compuestos, estructuras y materiales mucho más ligeros.Placa de carbono o nylon
Probablemente se trata del factor más diferencial frente al resto de zapatillas del mercado. Este tipo de placas se insertan en la mediasuela, esto es, dentro de la espuma de esta parte de la zapatilla. La clave para que este tipo de placas tengan un efecto relevante en el rendimiento reside en que son capaces de utilizar la energía acumulada en la fase de contacto, de manera que tanto la fase de apoyo como, sobre todo, la de impulso, sea mucho más reactiva y, en consecuencia, más rápida. Numerosos estudios han constatado la mejora del rendimiento gracias a la inclusión de la placa de carbono en la zapatilla. Incluso, se han analizado unas zapatillas en concreto, como es el caso de las populares Vaporfly de Nike.Forma de barco
También conocida como forma de balancín, se caracteriza porque la estructura adopta una forma cóncava que provoca que tanto la zona del talón como la zona de la puntera quedan ligeramente elevadas, sobre todo si las observamos desde una perspectiva lateral. Todo ello bajo numerosas investigaciones y con el objetivo de ayudar al corredor para que experimente una sensación de pisada mucho más fluida y, sobre todo, rápida y reactiva. Además de estas tres características principales también se pueden encontrar otras características que ya son más propias de cada modelo de zapatilla, como es el diseño a nivel estructural y estético, así como el tipo de compuestos y materiales utilizados para su fabricación.Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de Javier Calvo – Entrenador de Running (@javiercalvo.run)
El boom de las zapatillas voladoras
El boom de las zapatillas voladoras llega a raíz de la propia visibilidad que se le comenzó a dar a este tipo de modelos. Básicamente por el marketing. Aunque es probable que no fuera el primer modelo en desarrollarse, las Nike Vaporfly fueron las primeras zapatillas de placa de carbono que realmente calaron en el mundo runner y, de hecho, causaron furor. Detrás de todo esto estaba la propia marca norteamericana y un protagonista absoluto, Eliud Kipchoge. Con él y otros dos deportistas de élite crearon el proyecto “Breaking2” con el objetivo de ver si el ser humano era capaz de bajar de las 2 horas en un maratón, un hito histórico. La primera tentativa fue en el año 2017, en el circuito de Monza. Lo interesante de todo esto es que las condiciones eran peculiares. Un circuito cerrado, liebres alternativas para tener protección durante toda la prueba y un coche marcando el ritmo con un reflejo de luz. Esta primera vez no se consiguió bajar por poco, Kipchoge hizo 2:00:26.
Lo bueno y lo malo de las zapatillas voladoras
En uno de los estudios pioneros que analizó el efecto de este tipo de zapatillas sobre el rendimiento, se llegó a la conclusión de que era capaz mejorar la economía de carrera hasta en un 4%. Compararon el modelo Vapofly 4% con una voladora al uso sin placa de carbono y realizaron diferentes test sobre una distancia de 3 kilómetros. Este estudio obtuvo que las mejoras en la economía de carrera eran de hasta un 4,3-4,8% utilizando el modelo de Nike. Pero claro, se podría extrapolar este resultado a distancias más largas como el maratón? Lo cierto es que no. Lo correcto sería analizar el rendimiento de estas zapatillas en distancias más largas, por lo que no podemos guiar nuestra elección en base a cualquier estudio.¿Qué significa mejorar la economía de carrera?
Para sacar conclusiones acerca del estudio antes mencionado, resulta conveniente conocer en qué consiste la economía de carrera. Podríamos decir, es el consumo energético a una velocidad o intensidad dada. Como es lógico, a mayor intensidad, mayor consumo de oxígeno y, por ende, un mayor gasto de energía. Aunque pensemos que el núcleo de la fisiología está en las pulsaciones por minuto o en el ritmo respiratorio, lo cierto es que la eficiencia energética es una de las claves para obtener el mejor rendimiento posible, sobre todo en pruebas de resistencia de media y larga distancia, cosa que nos interesa mucho.Volviendo al tema de las zapatillas, una mejora de un porcentaje determinado de la economía de carrera no asegura que mi marca personal se vea rebajada en la misma proporción. Aquí entran en juega otros muchos factores físicos y mentales como el VO2máx, los niveles de fuerza, la capacidad de sostener esfuerzos determinados, la fortaleza mental… La clave para que las zapatillas sean capaces de mejorar la economía en carrera consiste en que básicamente inducen una mejor gestión energética gracias a sus materiales, estructuras y el peso. Cada vez que impactamos con el suelo, se produce un impacto que genera unas fuerza de reacción. Esas fuerzas de reacción pueden ser utilizadas o no. Si se consigue aprovechar el máximo de la energía producida, seremos capaces de utilizar menos energía. Estamos siendo más eficientes, aprovechando mucho más.Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de Javier Calvo – Entrenador de Running (@javiercalvo.run)
La problemática de las zapatillas voladoras
En muchas ocasiones nos dejamos embaucar por las palabras bonitas. Seguro que los beneficios asociados a las zapatillas con placa de carbono te son familiares, pero, ¿Qué hay de los problemas o desventajas?Menos materiales = menos estabilidad
Las zonas de las que se suprime el material son principalmente la zona del talón y el mediopié, es decir, donde menos apoyo existe, en teoría. Al quitar material de la zona del retropié (talón) la zapatilla se vuelva más inestable ya que carece de estructuras de refuerzo en esa zona, además de quedar más descubierta.La pérdida inestabilidad puede provocar que existan más picos de pronación o supinación, también más acusados y veloces. Este exceso de “giro” del pie puede ser la causante de un mayor estrés a nivel de tendones, como es el caso del tibial posterior. La reducción en el material del mediopié también provocará algo similar, es decir, menor estabilidad y movimientos más pronunciados, que a la larga puede derivar en posibles lesiones, al menos si hay un uso excesivo de este tipo de calzado.Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de Javier Calvo – Entrenador de Running (@javiercalvo.run)
Pisada de metatarsos
Para hablar de ello que mejor que basarnos en un estudio muy actual, de este mismo 2023. Esta investigación analiza el estrés que las zapatillas voladoras generan en los metatarsos y, en concreto, en el hueso navicular, ubicado en el arco plantar, el cual da estabilidad y forma a esta estructura tan identificativa de la planta. Determinar si las lesiones óseas son provocadas por un calzado es complicado, pero puede ser que por la forma de barco o balancín que tiene este tipo de modelos puede que genere una mayor tensión en esta zona. Además, la propia tendencia a pisar con la puntera del pié no es conveniente para todo tipo de corredores y ritmos. Esta transición en la forma de pisada requiere de un tiempo de adaptación obligatorio que puede durar desde varias semanas hasta incluso meses y años, tal y como ocurre con el calzado minimalista.¿Son para mí las zapatillas voladoras?
Para terminar, vamos a tratar de que encuentres la respuesta a esta pregunta. La elección no depende de una sola cosa. Hay que tener muchos aspectos en cuenta y te los resumimos a continuación. ¡No pierdas detalle!- Experiencia corriendo. Si eres un runner con poca experiencia, no te compliques, apuesta por la estabilidad.
- Técnica de carrera. ¿Tienes una buena técnica de carrera? ¿Te has preocupado por trabajarla y tus niveles de fuerza son buenos? Si crees que no, no te arriesgues
- Ritmos de carrera y tipo de pisada. Si tus ritmos son lentos y tu pisada es predominantemente de talón puede ser arriesgado pasar a una zapatilla que va a forzarte a adoptar una nueva pisada con todo lo que ello conlleva en tu técnica de carrera a nivel global.
- Antecedentes de lesiones en pie-tobillo. Fascitis plantar, tendinopatía de Aquiles, lesiones en el tibial posterior, metatarsalgias, neuroma de Morton… trata de averiguar por qué tienes esos problemas, soluciónalo y luego… puedes comenzar a probar este tipo de zapatillas.
¿Cumples con los anteriores requisitos y quieres probar? Vale, pero ¿Te es rentable esa mejora? ¿Cuánto vas a mejorar realmente? Valóralo. Utilízalas para competición y entrenamientos que sean simulacros para esta competición. No comiences a utilizarlas para todo. Preocúpate de hacer una progresión lógica.Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de Javier Calvo – Entrenador de Running (@javiercalvo.run)