La frase de «Me he lesionado, dejo de correr» (tan común y frustrante) hay que modificarla, sobre todo la última parte. En realidad debería estar formulada así: «Me he lesionado, ¿puedo hacer un entrenamiento sin impacto? Por ejemplo».
Cuando te lesionas, te vienen los peores pensamientos a la cabeza. Crees que no estás capacitado para esa actividad o que no te recuperarás nunca del todo.
Y es normal.
De hecho, este proceso es aún más ‘amargo’ cuando vamos a probar, corremos, y de nuevo aparece la molestia.
Se podría decir que, en situaciones así, vivimos en constante frustración: el querer y no poder.
Pero si llevas un tiempo leyendo mi blog o escuchando mi pódcast, te puedes hacer una idea de lo que vengo a contarte hoy y de lo que opino sobre estos temas.
De hecho, este artículo completo gira en torno a la duda de una seguidora que, después de muchos años corriendo, se ha lesionado.
Concretamente, presenta una tendinopatía y no sabe muy bien cómo gestionar el entrenamiento, si hacer reposo, etc.
Así que, quiero aclararte un poco qué deberías hacer si estás lesionado y necesitas moverte un poco pero no sabes muy bien qué aspectos deberías tener en cuenta (el primero acudir a un especialista).
Sigue leyendo y pierde el miedo a entrenar bien para mejorar tu lesión y no empeorarla.
Te adelanto que el entrenamiento sin impacto y el cruzado pueden ser dos buenas opciones para no pasar de 100 a 0.
Puntos que debes controlar al entrenar con una lesión
Aunque no puedas hacer de todo como antes, hay una serie de entrenamientos sin impacto que te ayudarán a superar este período tan delicado y a seguir aportándole salud a tu cuerpo. La evidencia actual asegura que el reposo absoluto, mantenido en el tiempo, no es la mejor solución para recuperarte bien de una lesión (aunque con matices, como todo, porque hay que tener en cuenta muchos factores). Cuando hablo de lesiones, por si andas un poco perdido/a (puede que sea de tus primeras veces por estas páginas), hago referencia a las principales en corredores. Te las dejo aquí: Si haces clic en cada una de ellas, te lleva a otros artículos del blog en los que cuento de qué se tratan y cómo deberías actuar en cada caso. Cuando las hayas visto todas, te darás cuenta de varios factores comunes a la hora de tratar estas lesiones. Para mí, el más importante de ellos es que no siempre tienes que reducir el impacto a cero. Es decir, no siempre tienes que parar en seco durante x meses. Puedes seguir corriendo y, en muchos casos, incluso deberías.Ver esta publicación en Instagram
Controla la carga de entrenamiento e introduce el entrenamiento sin impacto
El primer punto que debes tener en mente cuando entrenas con una lesión es: disminuir la cantidad y controlar la carga total de actividad con impacto que asumes. Y aquí hay que conocer los dos tipos de cargas que existen (que sobre esto siempre hay un poco de lío):- Carga interna. Se puede medir a través de nuestras pulsaciones, por ejemplo.
- Carga externa. La puedes medir a través del tiempo que le dedicas a esa actividad en concreto.
El entrenamiento cruzado, una buena opción
La reducción de kilómetros, te llevará a un descenso en el rendimiento y es aquí donde el entrenamiento sin impacto y cruzado te va a servir. «¿Y qué es eso del entrenamiento cruzado, Javi?» Pues bien, es cualquier entrenamiento que permite mejorar el rendimiento de otro diferente. Es decir, ‘mezclas’ diferentes tipos de entrenamiento para mejorar algo. En tu caso, si corres y estás lesionado/a y no puedes hacer entrenamiento con mucho impacto, podrías hacer otros sin impacto para conseguir mejorar el rendimiento. Mi recomendación sería:- Bicicleta.
- Cinta elíptica.